lunes, 3 de febrero de 2014

HABLANDO SOBRE LA ANSIEDAD


¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?

Cuando hablamos de ansiedad nos referimos a un conjunto de respuestas que engloban: tanto aspectos cognitivos (pensamientos y emociones), como aspectos corporales o fisiológicos (respuestas de nuestro organismo ante esos pensamientos o emociones que nos están asaltando).
Ambos aspectos, cognitivos y corporales se retroalimentan. Pongamos un ejemplo: Me surge un pensamiento: “Voy a suspender mi examen de Inglés” ese pensamiento tiene inmediatamente una respuesta a nivel corporal: nerviosismo, desasosiego, taquicardia … Conforme me voy sintiendo peor físicamente me acuden más pensamientos negativos: “Me duele el estómago, tengo náuseas... voy a suspender mi examen”... Este círculo se ha cerrado ya que los pensamientos alimentan las respuestas físicas que tengo y al revés.

La ansiedad, en principio, es una respuesta normal del organismo. Está relacionada con la supervivencia del ser humano. Imaginemos nuestros antepasados cuando vivían en cuevas rodeados de predadores. Ante una amenaza real, como podía ser un animal peligroso, el ser humano se servía de esa ansiedad, ese nivel de activación que proporciona la ansiedad, para huir y ponerse a salvo.

El problema actualmente es que nuestro nivel de alerta se dispara de forma muy frecuente ante estímulos no peligrosos. ¿Por qué? La ansiedad está muy relacionada con el la respuesta de estrés y no solo hablo de estrés físico sino, fundamentalmente, el estrés psicológico. El tipo de vida que nos imponemos en el que “tenemos que ser perfectos”: trabajar, llevar a nuestros hijos al cole, organizar con quién se quedan y sus actividades extraescolares, comprar, limpiar, estar delgados, guapos... y ¡Todo ello hacerlo en el menor tiempo posible!... Para desempeñar todas estas labores ( y algunas más que no menciono) necesitamos tener un alto nivel de activación durante mucho tiempo, ir al sprint casi todo el día... Sin darnos cuenta nos estamos creando un estado de estrés que en muchos casos llega a cronificarse. Por tanto, ansiedad y estrés siempre van de la mano.



No hay comentarios:

Publicar un comentario