LA COMUNICACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS ES FUNDAMENTAL. ¿SABES COMO POTENCIARLA?

Se podría pensar que el núcleo familiar es el lugar donde por naturaleza surgen el diálogo y la comunicación. Sin embargo, no siempre es así. El diálogo entre padres e hijos muchas veces se rompe o simplemente no existe. Esto tiene que ver con que la familia es una estructura social donde hay diferencias muy notables entre sus miembros. Pensemos que tienen en común un niño de cinco años, dos adultos de aproximadamente cuarenta, un adolescente de dieciséis. Y esto aún se complica más si en casa convive otra generación más como sería un abuelo o abuela con sus sesenta o setenta años.

La forma de comunicación va a ser diferente según la edad de niño, pero daré unas ideas generales válidas para utilizar con niños de cualquier edad.

• Lo importante es dedicar un tiempo cada día a comunicarnos con nuestros hijos y ese momento lo elegiremos teniendo en cuenta que esté libre de prisas, cansancio, enfado....
• Es fundamental que nos interesemos por su día, sus momentos buenos y los no tan buenos.
• Hay que desarrollar nuestra capacidad de escucha. Nuestros hijos deben sentir que les prestamos atención y que nos parece importante lo que nos cuentan por pequeño que sea.
• Los momentos de comunicación deben ser reflexivos y se debe facilitar el respeto del turno entre los hermanos.
• Cuando queremos imponer una norma a nuestros hijos debe ser una norma clara, concreta y concisa.
• Debemos atender muy mucho a la conducta no verbal. En numerosas ocasiones los niños captan antes nuestros gestos, miradas, tono de voz... que lo que les estamos comunicando verbalmente. Esto es especialmente importante en los niños muy pequeños.

¿TU HIJO PODRÍA TENER DÉFICIT DE ATENCIÓN?

Las siguientes características corresponden a un niño con déficit de atención:

• A menudo no presta atención suficiente a los detalles y comete errores por descuido tanto en las tareas escolares como en otras actividades.
• A menudo tiene dificultad para mantener la atención en las tares.
• A menudo tiene dificultad para organizar tareas o actividades.
• A menudo evita tareas que le requieren esfuerzo mental.
• A menudo no sigue las instrucciones que se le indican.
• A menudo parece no escuchar cuando se le habla.
• A menudo pierde cosas necesarias para las tareas (lápices, libros, ejercicios escolares, agenda,?.).
• A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
• A menudo tiene dificultad para prestar atención a dos estímulos distintos .

En numerosas ocasiones se confunde un niño con Déficit de atención con un niño vago o con poca capacidad intelectual y no tiene nada que ver.

Si tú hijo reúne la mayor parte de éstas características te recomendamos hacerle un estudio que permita comenzar a ayudarlo cuanto antes. La edad para acudir al profesional dependerá de las características de cada caso, aunque cada vez se dan más sospechas de diagnóstico en la ETAPA PRESCOLAR.

La entrada en primaria supone un gran cambio para el niño: las exigencias educativas aumentan considerablemente, es entonces cuando el niño se siente más abrumado y desbordado ante las tareas escolares. Por ello es importante que ya desde infantil si tienes sospechas de que pueda tener este problema te pongas en marcha y busques ayuda.

El tratamiento es sencillo si se coge a tiempo, conforme pasan los años aumentan las consecuencias negativas tanto para el rendimiento escolar del niño como para su autoestima.

¿QUÉ PUEDO HACER PARA CALMAR MI ANSIEDAD?

Un paso fundamental a la hora de atajar tu problema de ansiedad es averiguar cuales son los mecanismos que la están manteniendo y cómo ha surgido. Para ello es importante hacer una evaluación sobre tu personalidad, tu historia vital, tus formas de enfrentar las dificultades que presenta la vida, el contexto social, familiar, relacional en el que te desenvuelves...

Algunas técnicas que te pueden ayudar para paliar los efectos de la ansiedad son:

• Realizar ciclos de respiraciones profundas.
• Llevar a cabo sesiones de relajación muscular progresiva. (Véase Jacobson).
• Algo fundamental es no tratar de “luchar” para que la sensación negativa que estamos teniendo desaparezca. Es lo primero que intentamos hacer y nos sale así como por inercia. Pero lo único que conseguimos con éste remedio es estar más centrados en lo ansiosos que estamos y que nuestra ansiedad aumente. Es mucho más efectivo dejarnos invadir por la sensación y “no hacer nada”. Aunque suene raro es muy buena forma de trabajar los síntomas de la ansiedad.

Si tienes cualquier duda o quieres consultar cualquier cosa estaré encantada de atendente.

COMO MIS PENSAMIENTOS INFLUYEN EN MI ESTADO DE ÁNIMO.

Nuestros pensamientos influyen en nuestro estado emocional y al contrario funciona de la misma forma. En el mismo momento en que nos asalta un pensamiento negativo, se apodera de nosotros una sensación de malestar. En ocasiones es tan automático que no somos capaces de descubrir en ese momento que es aquello que nos ha venido a la mente y nos ha puesto así. Lo mismo ocurre cuando físicamente no nos sentimos bien, en este estado seguramente cualquier pensamiento que tengamos tendrá una gran parte de carga negativa.

Nuestra forma de pensar tiene un impacto directo en cómo uno se siente y, al mismo tiempo, en como se comporta, como se relaciona, sus actitudes y experiencias.

Existen personas que como hábito piensan siempre de forma negativa y en numerosas ocasiones son ellas mismas quienes generan sin ser conscientes sus propias situaciones y acontecimientos negativos.

Cómo puedo cambiar esto y empezar a ser una persona mucho más positiva.

• Lo primero es ser consciente de mi estado de ánimo en cada momento y buscar la causa que lo ha motivado.
• Una vez encontrada, aunque no es fácil, evaluaremos el tipo de pensamiento que hemos tenido. Ej: hay ocasiones en que por una experiencia negativa puntual, generalizamos “atacándonos” a nosotros mismos. “Se me ha quemado la comida....Soy un desastre”. Este tipo de generalizaciones hacen mucho daño a nuestra autoestima.
• Cuando nos sintamos mal por algo ocurrido en ese momento vamos a pararnos a pensar qué es lo positivo que nos ha acontecido ese día. Si lo ponemos en una balanza seguramente ganará.
• Es muy importante, en terapia se trabaja mucho, el centrarnos en el día a día sin anticipar. Cuando anticipamos el futuro yéndonos del presente lo normal es que tengamos una sensación de agobio ¿Por qué? Porque nuestras anticipaciones casi siempre serán catastróficas: ¿Perderé el trabajo?, ¿Encontraré pareja?, ¿Podré tener hijos?... Es un muy buen ejercicio terapéutico el quedarnos en el aquí y el ahora y disfrutar del presente. El futuro está por venir y no sabemos como va a ser, por tanto, para que invertir tanto tiempo aventurando.

Ejercicios como éste pero de una forma individualizada y extensa son los que sirven de apoyo a una terapia psicológica.

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MI HIJ@ ESTÁ JUGANDO CON SU VIDEOJUEGO... PUEDO ESTAR TRANQUILO?

Es una realidad que los juegos de nuestros hijos se asemejan bien poco a los de nuestra infancia (os está escribiendo una persona de 36 años).  Los avances tecnológicos han sido enormes en éstos últimos tiempos.  Nuestros hogares se han visto inundados con diversos "aparatejos" que, si bien nos han proporcionado grandes dotes de bienestar y comodidad, otras veces no presentan beneficios demasiados grandes.
El juego o mejor dicho, los juegos con los que se divierten nuestros niños son un claro ejemplo de una evolución que trae sus pros y contras.
Si nos paramos un poco a pensar los juegos de nuestra infancia eran bastante simples a nivel cognitivo, no había mucho que pensar, más bien se trataba de poner de manifiesto nuestra capacidades físicas destreza, habilidad motora, coordinación, agilidad...  Traigamos a nuestra memoria: La gallinita ciega, un.. dos.. tres.. escondite inglés, la viva, las canicas...  También es cierto que fomentaban las relaciones sociales, para jugar a la mayoría de ellos se necesitaban mínimo 2 personas.  A través de ellos y sin darnos cuenta trabajábamos la competitividad, el respeto al turno de juego, la cohesión grupal...
No.... no caigamos en la nostalgia.  La manera en que nuestros hij@s se divierten en la actualidad no es tan negativa.  Sus juegos también tienen una parte muy positiva.  Los videojuegos, las videoconsolas, los móviles... fomentan muy mucho su capacidad perceptiva, de memoria, de atención...  Pero sí que es un error consentir que dediquen la mayor parte de su tiempo libre a esa actividad.  Los niños deben jugar al aire libre, relacionarse con otros niños, correr, saltar, caerse incluso... Es parte de la vida el aprender a caerse y levantarse.  Es importante controlar el tiempo que nuestros hijos permanecen delante de la tv.  No pueden estar ahí toda la tarde, aunque para nosotros sea lo más cómodo porque es una forma de tenerlos controlados.  De esta forma no le hacemos ningún beneficio.  Es un hecho que el índice de niños obesos está creciendo de forma importante y la base de éste gran problema infantil está en el estilo de vida de nuestros pequeños, muy sedentario, y del tipo de nutrición que reciben.
Ellos ahora no son conscientes.  Como niños que son se dejan llevar por el impulso de hacer sólo aquello que más les apetece y no lo que más les conviene.  PERO AHÍ ESTAMOS NOSOTROS QUE PARA ESO SOMOS SUS PADRES, SABEMOS LO QUE MÁS LES BENEFICIA Y VELAMOS POR SU SALUD FÍSICA Y EMOCIONAL

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MINDFULNESS APLICADO A LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD

En el ser humano unas de sus peculiaridades es su capacidad de vivenciar el miedo diferente a como lo hacen el resto de animales.  Este sería el "miedo psicológico".  Mientras los animales reaccionan con miedo ante un estímulo real, los humanos somos capaces de tener la misma reacción ante el solo pensamiento de "lo que nos podría pasar".  Esto es lo que suele ocurrir en una persona que padece un trastorno de ansiedad.
El organismo de la persona está en el presente, mientras que su mente está en el futuro anticipando realidades posibles o nuevas repeticiones de realidades pasadas.
Ese anticipar es ansioso en sí mismo ya que nos lleva a dar por hecho que el suceso que tememos va a ocurrir.   Pongamos por ejemplo la situación de aquel que sufre ansiedad ante lugares donde se pueden congregar muchas personas, en centros comerciales, en conciertos, fiestas,...  Esa persona reaccionará al simple pensamiento de entrar en cualquiera de estos sitios.  ¿Qué está haciendo?  Está anticipando posibles consecuencias que se pueden desencadenar,  un incendio, una explosión... cualquier estímulo que provocara una alarma general.
El trabajar el aqui y el ahora es fundamental y se utiliza frecuentemente en la práctica clínica durante el tratamiento de personas que padecen ansiedad.  Sería enseñar a la persona a mantenerse en el presente, frustrando sus intentos de huir al pasado o marcharse a un futuro que está por llegar.

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PRINCIPALES SÍNTOMAS DE UN ATAQUE DE ANSIEDAD.

Lo primero que hemos de distinguir es entre un síntomas de ansiedad que se podría definir como una “alarma” que nos está avisando como veremos, tanto a nivel psicológico como físico, de que algo dentro de nosotros no funciona como debiera.

ALGUNOS DE LOS SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS SON:

• Preocupación excesiva o desmesurada por algo.
• Miedo o temor infundado o sin motivo aparente.
• Inseguridad.
• Pensamientos negativos muy frecuentes y circulares.
• Dificultad para pensar de forma lógica.
• Incapacidad de concentrarse y/o realizar tareas cotidianas.

ALGUNOS DE LOS SÍNTOMAS FÍSICOS MÁS FRECUENTES:

• Sudoración excesiva sin que sean las condiciones climáticas las que la provoquen.
• Taquicardia y palpitaciones.
• Tensión muscular y rigidez.
• Dificultad para respirar o hiperventilación (respiración rápida)
• Sequedad de boca.
• Migrañas, mareos y dolores de cabeza.
• Sensación de bochorno a nivel facial

SÍNTOMAS SOCIALES.

Estos síntomas tienen que ver con el contexto en el que el individuo se desenvuelve y se relacionan estrechamente con los pensamientos que la persona tiene.

• Fumar de forma descontrolada e impulsiva.
• Comer de forma compulsiva.
• Beber en exceso.
• Evitar ciertos lugares o situaciones sociales que nos pueden hacer sentir mal.
• Las manías o repeticiones constantes.

Los síntomas varían de persona a persona. El sentirse identificado con algún síntoma aislado de los nombrado tampoco es indicio de ansiedad, pero sí lo sería cuando nos damos cuenta de que padecemos varios de estos síntomas y, además, desde hace ya algún tiempo.

Los síntomas de ansiedad se suelen manifestar cuando la persona se enfrenta físicamente a una situación temida, cuando piensa anticipadamente en hacerlo. También puede aparecer la ansiedad, y esto es bastante frecuente cuando intentamos relajarnos después de una jornada laboral larga y cansada y estresante. Es como si necesitáramos desconectar pero nuestro cuerpo aún sigue “a tope” y con ritmo que nos cuesta parar.

Para controlar nuestro cuerpo y ciertas situaciones que nos provoquen estrés y ansiedad es ideal aprender técnicas de relajación mental y corporal.

Si estás interesad@ puedes consultar o pedir información a través de nuestra web: www.mariolamora.com