¿QUÉ PUEDO HACER PARA CALMAR MI ANSIEDAD?

Un paso fundamental a la hora de atajar tu problema de ansiedad es averiguar cuales son los mecanismos que la están manteniendo y cómo ha surgido. Para ello es importante hacer una evaluación sobre tu personalidad, tu historia vital, tus formas de enfrentar las dificultades que presenta la vida, el contexto social, familiar, relacional en el que te desenvuelves...

Algunas técnicas que te pueden ayudar para paliar los efectos de la ansiedad son:

• Realizar ciclos de respiraciones profundas.
• Llevar a cabo sesiones de relajación muscular progresiva. (Véase Jacobson).
• Algo fundamental es no tratar de “luchar” para que la sensación negativa que estamos teniendo desaparezca. Es lo primero que intentamos hacer y nos sale así como por inercia. Pero lo único que conseguimos con éste remedio es estar más centrados en lo ansiosos que estamos y que nuestra ansiedad aumente. Es mucho más efectivo dejarnos invadir por la sensación y “no hacer nada”. Aunque suene raro es muy buena forma de trabajar los síntomas de la ansiedad.

Si tienes cualquier duda o quieres consultar cualquier cosa estaré encantada de atendente.

COMO MIS PENSAMIENTOS INFLUYEN EN MI ESTADO DE ÁNIMO.

Nuestros pensamientos influyen en nuestro estado emocional y al contrario funciona de la misma forma. En el mismo momento en que nos asalta un pensamiento negativo, se apodera de nosotros una sensación de malestar. En ocasiones es tan automático que no somos capaces de descubrir en ese momento que es aquello que nos ha venido a la mente y nos ha puesto así. Lo mismo ocurre cuando físicamente no nos sentimos bien, en este estado seguramente cualquier pensamiento que tengamos tendrá una gran parte de carga negativa.

Nuestra forma de pensar tiene un impacto directo en cómo uno se siente y, al mismo tiempo, en como se comporta, como se relaciona, sus actitudes y experiencias.

Existen personas que como hábito piensan siempre de forma negativa y en numerosas ocasiones son ellas mismas quienes generan sin ser conscientes sus propias situaciones y acontecimientos negativos.

Cómo puedo cambiar esto y empezar a ser una persona mucho más positiva.

• Lo primero es ser consciente de mi estado de ánimo en cada momento y buscar la causa que lo ha motivado.
• Una vez encontrada, aunque no es fácil, evaluaremos el tipo de pensamiento que hemos tenido. Ej: hay ocasiones en que por una experiencia negativa puntual, generalizamos “atacándonos” a nosotros mismos. “Se me ha quemado la comida....Soy un desastre”. Este tipo de generalizaciones hacen mucho daño a nuestra autoestima.
• Cuando nos sintamos mal por algo ocurrido en ese momento vamos a pararnos a pensar qué es lo positivo que nos ha acontecido ese día. Si lo ponemos en una balanza seguramente ganará.
• Es muy importante, en terapia se trabaja mucho, el centrarnos en el día a día sin anticipar. Cuando anticipamos el futuro yéndonos del presente lo normal es que tengamos una sensación de agobio ¿Por qué? Porque nuestras anticipaciones casi siempre serán catastróficas: ¿Perderé el trabajo?, ¿Encontraré pareja?, ¿Podré tener hijos?... Es un muy buen ejercicio terapéutico el quedarnos en el aquí y el ahora y disfrutar del presente. El futuro está por venir y no sabemos como va a ser, por tanto, para que invertir tanto tiempo aventurando.

Ejercicios como éste pero de una forma individualizada y extensa son los que sirven de apoyo a una terapia psicológica.

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MI HIJ@ ESTÁ JUGANDO CON SU VIDEOJUEGO... PUEDO ESTAR TRANQUILO?

Es una realidad que los juegos de nuestros hijos se asemejan bien poco a los de nuestra infancia (os está escribiendo una persona de 36 años).  Los avances tecnológicos han sido enormes en éstos últimos tiempos.  Nuestros hogares se han visto inundados con diversos "aparatejos" que, si bien nos han proporcionado grandes dotes de bienestar y comodidad, otras veces no presentan beneficios demasiados grandes.
El juego o mejor dicho, los juegos con los que se divierten nuestros niños son un claro ejemplo de una evolución que trae sus pros y contras.
Si nos paramos un poco a pensar los juegos de nuestra infancia eran bastante simples a nivel cognitivo, no había mucho que pensar, más bien se trataba de poner de manifiesto nuestra capacidades físicas destreza, habilidad motora, coordinación, agilidad...  Traigamos a nuestra memoria: La gallinita ciega, un.. dos.. tres.. escondite inglés, la viva, las canicas...  También es cierto que fomentaban las relaciones sociales, para jugar a la mayoría de ellos se necesitaban mínimo 2 personas.  A través de ellos y sin darnos cuenta trabajábamos la competitividad, el respeto al turno de juego, la cohesión grupal...
No.... no caigamos en la nostalgia.  La manera en que nuestros hij@s se divierten en la actualidad no es tan negativa.  Sus juegos también tienen una parte muy positiva.  Los videojuegos, las videoconsolas, los móviles... fomentan muy mucho su capacidad perceptiva, de memoria, de atención...  Pero sí que es un error consentir que dediquen la mayor parte de su tiempo libre a esa actividad.  Los niños deben jugar al aire libre, relacionarse con otros niños, correr, saltar, caerse incluso... Es parte de la vida el aprender a caerse y levantarse.  Es importante controlar el tiempo que nuestros hijos permanecen delante de la tv.  No pueden estar ahí toda la tarde, aunque para nosotros sea lo más cómodo porque es una forma de tenerlos controlados.  De esta forma no le hacemos ningún beneficio.  Es un hecho que el índice de niños obesos está creciendo de forma importante y la base de éste gran problema infantil está en el estilo de vida de nuestros pequeños, muy sedentario, y del tipo de nutrición que reciben.
Ellos ahora no son conscientes.  Como niños que son se dejan llevar por el impulso de hacer sólo aquello que más les apetece y no lo que más les conviene.  PERO AHÍ ESTAMOS NOSOTROS QUE PARA ESO SOMOS SUS PADRES, SABEMOS LO QUE MÁS LES BENEFICIA Y VELAMOS POR SU SALUD FÍSICA Y EMOCIONAL

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